Cuando llueve todo el mundo corre a buscar el coche, para desplazarse calentito, cómodamente y en poco tiempo llegar a tu destino. Craso error... Es coger el coche y ¡comienza la lucha por la supervivencia!. Tráfico, tráfico y más tráfico, y no conforme con ello, se añade que todo el mundo quiere llegar el primero. Adelantamientos rápidos sin mirar a los espejos retrovisores, toques de bocina... Todo es alboroto, agobio, atascos... Todo queda muy lejos del esperado paseo tranquilo y resguardado en el coche que pensábamos, todo pasa a ser una carrera, pero ¡una carrera de locos!
En cambio, todo este caos queda olvidado cuando volvemos a casa, nos sentamos, nos relajamos y oímos de fondo la lluvia, una preciosa melodía que nos ayuda a evadirnos de los agobios sufridos a lo largo del día, que nos hace sentir nuestra casa más hogareña, más reconfortante, nos hace buscar el calor de nuestra pareja y compartir el momento.
La lluvia... momentos de calma y tranquiladad, pero también de locura y velocidad.
Sonríe y se Feliz.
One tip,
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Pedorreto